Este nefasto personaje no tiene límites ni escrúpulos. A la hora de hacer negocios supo abandonar el partido que lo vio nacer a la política nacional, la UCR, y sin remordimientos emigrar hacia el justicialismo, donde fue recogido por Julio Miranda, quien lo apoyó para lograr la tan ansiada gobernación.
Desde fines del 2003 José Alperovich se ha encargado de conducir los destinos de una de las provincias más importantes y queridas de nuestro país, Tucumán.
A partir de entonces ha ido forjando su estructura de gobierno, y hoy podemos decir que los poderes Legislativo y Judicial le pertenecen.
Como ejemplo de su poder, podemos citar la compra de un avión, que sería utilizado con fines sanitarios, pero que terminó siendo para uso particular. En él se movilizan tanto Alperovich como su señora, la senadora Beatriz Rojkés cuando viajan a Capital y también a Punta del Este, como hace dos semanas, para pasar allí sus vacaciones.
No contento con esto, ha impulsado la compra de un nuevo jet, mucho más caro y ostentoso cuyo costo rondará los 9,5 millones de dólares y que pagarán los contribuyentes tucumanos.
Lo increíble es el nivel de apoyo financiero que ha sabido obtener una y otra vez del Gobierno Nacional: la reprogramación a 20 años con una tasa del 6% a un pasivo cercano a los 3.500 millones de pesos o la gran cantidad de recursos destinados al famoso “Plan Trabajar”.
En una nueva demostración de que lo importante es “ser amigo” sin importar las cualidades que se puedan tener. El Gobierno nos sigue metiendo las manos en los bolsillos redistribuyendo los cada vez menos recursos como más les conviene.
No hay comentarios:
Publicar un comentario